Todos los días salen herramientas o
aparecen negocios que cambian dramáticamente la forma en que el consumidor
accede a cierto producto o servicio, a veces transformando incluso la dinámica
de ciertas industrias, o forzando la desaparición de negocios antes exitosos.
Que lo diga Bluckbuster, Kodak o Tower records, empresas hoy con flores encima
de su tumba.
Algo similar nos sucede a nosotros
como consumidores, que sin darnos cuenta, y gracias a nuestra capacidad de
adaptación, asimilamos los nuevos productos casi de forma automática, pero rara
vez asumimos una estrategia consciente de su uso. Somos altamente pasionales a
la hora de comprar la novedad, generalmente sobre dimensionada a nuestras
necesidades (sobre todo cuando de tecnología se trata), y poco racionales
definiendo la forma y el cómo usar en nuestro provecho esta nueva herramienta.
En mi negocio, la novedad del día se
llama TalentBin, creada más para servir a los reclutadores que a los
candidatos, pero que sin duda y en el tiempo va a transformar la forma en cómo
los “head hunters” accedemos a la información, encontramos un talento, y se lo
presentamos a nuestro cliente, por lo menos en ciertas industrias.
TalentBin opera de manera diferente a
LinkedIn, herramienta esta última ya popular en el mercado, y conocido en el
mundo de los candidatos. La promesa de valor de TalentBin, es la de a través de
su sistema en línea (no se cómo lo hacen pero al menos es lo que
prometen), tener la posibilidad de
acceder al rastro, que un candidato potencial o talento va dejando durante su
vida laboral en la web, y que lo hace diferente y más apto o calificado, para
cierto tipo de trabajo.
TalentBin, promete no sólo ahorrarle
al reclutador mucho tiempo en su velocidad de acceder al talento adecuado, sino
que además asegura, lograr codificar de manera más eficiente, el tipo de
destrezas de cada individuo, de forma tal que a la hora de su identificación se
conozcan sus credenciales para un oficio.
Acaba de salir, por lo tanto, ni lo he
usado, ni lo recomiendo. Lo que sí sé, es que el poder de la creatividad
humana, hoy apalancada en la red, hace que los seres humanos, su talento, sus
logros y también sus debilidades, vayan dejando ese famoso rastro del que habla TalentBin para ponerlo a disposición de quien
quiera usarlo. Históricamente los reclutadores ejecutivos, éramos maestros en
el arte de encontrar a quien no era visible para el resto del Universo (de
alguna manera lo seguimos siendo). Hoy nuestra labor sin embargo, no es tanto
saber encontrar ese alguien; es saber identificar si aquellos encontrados (por
medios diversos como TalentBin), encajaran en la estrategia de la organización
y sabrán aportar valor en un periodo determinado.
Así señores, que ojo con el rastro que
dejan. Para bien o para mal, todo lo que hacemos, al menos en el mundo laboral,
dejará huella. Preocupémonos por asegurarnos de que sea la que nos permita
acceder a las oportunidades que nos hemos trazado. En esta era del “gran
hermano”, pareciera que nuestra vida
entera estuviera siendo filmada desde lo alto, haciéndole pausa y rewind
constante para verificar nuestras habilidades y también validar nuestros errores. Incomodo no. A mí por lo menos me parece así,.. pero real.
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