Crisis anunciada,
aunque algunos expertos, seguramente mejor informados, dicen que la renuncia
protocolaria pedida por el Presidente, fue más una cortina de humo para poder
sacar con dignidad a su Ministro de Agricultura, que se va luego de pocos meses
con más pena que gloria, y a unos pocos Ministros más, que no le estaban dando
la talla para el proyecto político reeleccionista.
La situación me
puso a pensar en la penosa y muy difícil tarea de reclutar Ministros. Que yo
sepa solo una vez en la historia del Head Hunting mundial, un Presidente se
aventuró a hacer un reclutamiento ayudado por una firma de consultoría de
talento. Fue el Presidente Fox en los inicios de su mandato, que viniendo del
mundo corporativo, específicamente de Coca Cola, estaba acostumbrado a nuestros
servicios, y creyó ingenuamente que la experiencia era trasladable. Ingenuos
también mis colegas que seguramente con el ánimo de prestarle un servicio a la
Patria se prestaron para tamaña osadía.
Y es que, nada más
distante a un proceso corporativo bien manejado de sucesión de talento, que el
mundo de lo público, y dentro de este, no me imagino un proceso más difícil que
el del equipo directo del Presidente.
La primera razón
casi que obvia es que un proceso de consecución ejecutivo bien llevado se
demora meses. Encontrar alguien que encaje con la estrategia de largo plazo de
la organización, con el estilo de liderazgo de su jefe, y que tenga las
competencias y experiencia funcional, opera
solo en el mundo corporativo. A nivel Gubernamental, donde los cambios son
inmediatos, y los reemplazos se hacen en horas (de hecho Santos estuvo demorado
en articular los reemplazos de Ministros), nuestros procesos simplemente no
operan.
El segundo problema
tiene que ver con el hecho de que el mundo Corporativo está, generalmente,
desprovisto de algunos ingredientes políticos que son claves en el mundo de lo
público. La filiación partidista, y la equidad de género para mencionar solo
unos pocos, no son argumentos que se discutan comúnmente en reclutamiento
corporativo. Son en cambio clave en el político. La capacidad del nuevo
Ministro de construirle valor al plan de gobierno de su Presidente,
generalmente vía votos y popularidad, especialmente si se está en campaña
reeleccionista, son a veces más importantes que su historial técnico.
Un tercer ingrediente,
del que se habla mucho últimamente es la habilidad política del nuevo Ministro.
Y no es que sea esta, una competencia propia únicamente del mundo público. En
el ámbito privado, es también una habilidad apreciada, entendida esta como la
capacidad de llevar a buen puerto iniciativas que impliquen el convencimiento
de uno o más estamentos, decisivos en la estrategia y vitales en el presupuesto. Sin
embargo en lo público, esta habilidad implica manejar un ajedrez con más
fichas. Los partidos, los medios, los sindicatos,… y siga contando, son todas
fichas clave a la hora de sacar adelante las iniciativas de una cartera.
Finalmente, está la
capacidad de encontrar individuos que hagan equipo con gente toda muy distinta,
y casi toda con aspiraciones propias. En lo privado, las reglas de sucesión
están más escritas, y la uniformidad en el talento hace que sea relativamente
más fácil trabajar y negociar con sus pares. En lo público, sabiéndose
fusibles, y conocedores del poco tiempo que se tiene para mostrar resultados,
la agenda muy frecuentemente es personal, a costa muchas veces de los intereses
superiores y con seguridad de los intereses de otras carteras. Cuanta disputa y
conflicto no ventilan los medios entre los diferentes Ministros.
La lista sigue.
Pocos son los Presidentes con lo fue Uribe que premiando lealtad, a costa
muchas veces de capacidad, permiten Ministros de largo plazo. 171 ejecutivos en
las dos últimas décadas son prueba de nuestra capacidad como país de producir
Ministros, 46% de ellos con duración menor a un año, y 9% que no llegaron al
año. Esta rotación simplemente , y en el caso nuestro, nos llevaría a la
quiebra a punta de pagar garantías.
Puede ser esta la
razón de la escasa estabilidad en nuestras políticas públicas. La falta de
continuidad, y el tener que arrancar de nuevo, poniendo la cuota propia de
creatividad, no nos caracteriza por ser eficientes, y hace que tengamos que
repensar constantemente nuestras estrategias como país. En Colombia ser
Ministro seguirá siendo un privilegio de altísimo riesgo.
En efecto, el tema del reclutamiento en lo publico resulta ingrato por la via de lo platonico, pero no solo a tan alto nivel, luego dentro de cada cartera estan "guardadas proporciones" las vinculaciones denominadas de "Libre nombramiento y remocion", toda una suerte de "coequiperos" que francamente por no se que tipo de vocacion, mas cerca a lo suicida nos subimos "voluntariamente" a un avion de combate sin paracaidas... Locura? Vocación de servicio? ego? todo al tiempo en esta lista incompleta de motivaciones.
ResponderBorrarIgual, de cara a los reditos de este perfil Kamikaze, se obtienen fortalezas de gladiador en el sentido y alcance mas amplio de la palabra y de una aplicabilidad amplia, realmente amplia. Excelente y acertado articulo Pablo, un abrazo